ACOSO SEXUAL CALLEJERO
Por:
Erika Vanelly Alonso Pérez
Introducción
Abordar un tema como el acoso
sexual callejero genera controversia en cuánto decidir si tomarlo como un
halago o sentirse totalmente incómodo. Pero, ¿desde cuándo un halago te hace
sentir mal? Las prácticas de acoso sexual
callejero son sufridas de manera sistemática, en especial por las mujeres,
ocurriendo varias veces al día desde aproximadamente los 12 años, lo que genera
traumatización no sólo por hechos de acoso especialmente graves, sino por su
recurrencia.
Algunas manifestaciones de acoso sexual callejero son
aceptadas como “folclóricas” o “tradicionales”, lo que tampoco debe ser
argumento para tolerar esta vulneración. La violencia no puede ser patrocinada
con orgullo por ningún pueblo o nación.
Desarrollo
El acoso callejero es otra
forma de violencia de género, una agresión que se produce por relaciones desiguales de
poder: quien acosa, se cree con el derecho de decirle a la persona acosada, lo
que piensa de ella, de su físico generalmente, o hacerle insinuaciones
sexuales, incomodándola y generándole un malestar. Sin embargo, continúa
viéndose como algo normalizado, hasta el punto de que muchas veces no se le llama acoso sino piropos.
El acoso sexual lesiona la integridad física,
psicológica y sexual de las víctimas que se sienten invadidas por las
palabras, gestos, tocamiento e incluso intentos de violación o abuso sexual. Este tipo de violencia genera
impactos negativos en las victimas: como temor, inseguridad, pérdida de
autonomía, independencia y libertad de desplazamiento.
El acoso callejero contraviene
al menos dos derechos fundamentales de toda persona, como la libertad y la
seguridad. Aunque el acoso en la calle afecta principalmente a las mujeres, el
fenómeno se extiende a todos los géneros y a ambos sexos.
La mujer siempre ha estado en
un plano de desventaja frente al hombre, esto se debe a que a lo largo de la
historia se la ha posicionado desde la debilidad, fragilidad, apartándola del
mundo social, y postergándola de derechos, se la ha hecho víctima de distintos
tipos de violencia. Este fenómeno ha desembocado a que en las últimas décadas
se hayan realizado múltiples estudios sociológicos abordando la violencia y más
específicamente la doméstica, la violencia intrafamiliar, la violencia en los
centros de estudio, en el trabajo, todos tipos de violencia que tienen lugar en
espacios privados.
La simbolización que representa
cada género lo “propio de”, es parte de nuestro proceso de socialización, nos
son inculcadas prácticas de varones y mujeres, lo cual hace que los hombres
sientan como propio al espacio público. El hombre genera simbólicamente un
sentimiento de posesión del espacio público y de las mujeres que transitan en
él, donde se llega a la objetificación de las mismas, por lo que no se
cuestionarían esta práctica, es vista como algo propio de los hombres y es por
eso que históricamente se lo ha llamado “piropos”, dándoles una connotación
positiva. Estos han sido legitimados como halagos, como algo bonito, y hasta
hace muy poco tiempo no se ha problematizado esta práctica propia de los
hombres como un tipo de violencia invisible que habita en nuestra sociedad.
Todas las personas tienen
derecho a transitar libremente y con la confianza de no ser violentados,
independiente del contexto, la edad, la hora del día o el vestuario que ocupa
la persona agredida, los derechos humanos no dependen ni se suspenden por
detalles del entorno. No hay excusas ni justificaciones para el acoso sexual
callejero.
A la vez, el acoso
callejero se vincula a la “coquetería” y sexualidad. Cada cual tiene derecho a
experimentar su sexualidad como estime conveniente, siempre que no atropelle
las libertades del resto. Quienes manifiestan su incomodidad y rechazo tienen
derecho a mostrar su incomodidad. Asimismo, quienes acostumbran a acosar, deben
comprender que han confundido la coquetería y galantería con violencia sexual.
Por todo lo
anterior, las víctimas no deben sentir culpa o vergüenza por sufrir acoso
sexual callejero, puesto que NUNCA ES SU CULPA. Lo importante es reflexionar de
manera crítica y consciente, teniendo en cuenta que esta problemática afecta a
personas particulares, pero responde a un fenómeno social complejo.
Bibliografía:
Más
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Pienso que el esquema en el que se presenta el texto informativo cansa, quizás el usó de subtítulos le den una mejor estructura al texto, al igual el uso de citas para justificar que no sólo ha sido por "copiar y pegar".
ResponderEliminarCarolina Hernández Máximo
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