El ser humano desde
el comienzo de su existencia ha buscado el cielo, paso que lo llevará al
siguiente nivel. Hombres
que se encargan del arte de diseñar y construir sus máximas expresiones
mediante el color cobre de la varilla, el incipiente olor de la cal, el polvo
centelleante del mar, todo combinado en aquella mezcla homogénea de color
grisáceo que le da el apoyo suficiente a los cimientos de sus creaciones.
Nos hemos encargado de seguir a uno de estos hombres, ver qué
hace y como lo hace, por un día entero.
Un levantamiento de un hombre mortal, cansado, agotado,
sofocado de un sueño que va más allá de los límites de su boca bostezando. Se
levanta, toma dirección al baño y hace sus negocios, al salir se quita el
pijama y toma una camisa, pantalón y un suéter.
Sale de su casa, camino al cielo, lugar donde el labora, en
el camino analiza las iglesias y templos que se encuentra, teniendo como
pensamiento que tipo de corriente lleva como cubierta, algunas bellas casas que
tienen teja le recuerdan a sus primeros pasos en este tipo de arte, ahora
predominan diseños lineales, buscando lo recto y perfecto. Recordando esto
piensa en lo grande que se volvieron las cifras en los costos de producción,
aunque este tipo de expresión siempre fue caro, ahora se ve un gran aumento en
los precios no solo de materiales sino también en la renta del esfuerzo humano.
Pensando más allá de si, recupera el trabajo hecho en las
grandes obras que existen o existieron en los tiempos donde no había fotografía,
donde los creadores de versos describían las obras creadas, expresando un gran placer
al verlas, admirando su grandeza … su perfección.
Llegando a su obra, se presentan grandes problemas, no solo
tiene que lidiar con el valor económico de la obra, sino también con los
tiempos de los trabajadores, y el tiempo que fue designado para el término de
la obra.
Las presiones que caen sobre el son más allá del tiempo, sino
también las almas que carga, si alguna de estas almas daña su bienestar, el
arquitecto tiene que pagar por su recuperación.
Al final de la obra el artista termina cansado, agotado y
sofocado con un sueño que va más allá de los límites de su boca. Pero al final
de ese día el regresa a casa toma una ducha y procede a acostarse. Volviendo a
convertirse en un hombre mortal… pero feliz.
Escrito por Sanchez Martinez David, Bonillla Bañuelos Santiago y Sanchez Jimenez Jose Antonio
Su redacción es pésima, el desarrollo de la lectura se vuelve aburrida y la introducción hace que el lector quiera huir antes de farle la oportunidad.
ResponderEliminarSe nota que se hizo de un día a otro y creo que eso es lo que les afecto. Espero que lo hagan mejor y con más tiempo