Acoso Callejero
El acoso sexual callejero es un tipo de violencia particular, tanto física como
verbal, ya que por lo general no implica una relación entre la víctima y
su agresor. Esta violencia incluye prácticas como silbidos, comentarios
sexualmente explícitos, miradas fijas, masturbación pública, seguimiento,
tocamientos (“metida de mano”), exhibicionismo (mostrar los genitales), entre
otros, del que son víctima las mujeres cotidianamente en la calle o en el
transporte público.
Decimos
que es violencia pues, además de ser no deseada, ocasiona en las mujeres
impactos negativos como
temor a transitar solas por las calles, demoras innecesarias al evitar ciertas
zonas consideradas inseguras, gastos extra para poder costear transporte
privado, dependencia de otros hombres (padres, hermanos, parejas, entre otros)
a quienes piden compañía y protección en las calles, abandono de centros de
trabajo, entre otros.
Pese a ello, lamentablemente el acoso sexual callejero es
culturalmente aceptado, tanto por hombres como por mujeres. Los hombres no ven
su acción como violencia: asumen que es su derecho dirigirse a las mujeres de
esa forma Las mujeres rara vez se defienden de ella: asumen el acoso callejero
es el precio que hay que pagar por ser mujer y transitar sola por la calle (sin
un hombre que la acompañe).
Esto al verse aceptado por la sociedad se empieza a ver
muy común pero esto es incorrecto ya que esto es molesto para una mujer que
solo camina por la calle y esto da ver la educación que esa sociedad tiene a
cada individuo es poco adecuada.
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